Aprende habilidades y actitudes que hagan la tarea más fácil practica las habilidades de organización efectiva y del manejo del tiempo. Por ejemplo, proyectos grandes son más fáciles y menos abrumadores cuando se descomponen en pasos más manejables. Aprende a tipear y a revisar tareas en un procesador de texto. Aprende acerca de ti y de tus prioridades y usa la información para tomar decisiones. Aprende a como decir no de forma agradable cuando alguien te ofrece otra tarea atractiva (o desagradable) acerca de la cual tu tienes una elección. Debes decirte que lo desagradable pasará pronto y todo el proceso te llevará más cerca a alcanzar tu meta. Señala los días que quedan en el calendario y disfruta el marcar o tachar cada uno mientras tu te acercas al final.

Tómate un tiempo para actividades en las que te diviertas. Todos necesitamos un sistema de apoyo. Encuentra amigos, profesores o parientes con quienes divertirte. Pasa tiempo con estas personas cuando puedas ser tu mismo y dejar de lado las presiones de la escuela, trabajo o las relaciones difíciles. Como recompensa por tus esfuerzos, date a ti mismo descansos del trabajo

Rocía unas sabanas recién lavadas y las fundas de almohadas con agua de lavanda. Según estudios se ha demostrado que la lavanda promueve el relajo, el cual puede llevar a un mejor sueño.
Compra una nueva almohada. Estudios han mostrado que almohadas con un sacado en el centro pueden aumentar la calidad del sueño y reducir el dolor de cuellos. También prueba una almohada fresca, una conteniendo ya sea fibras naturales o una combinación de sulfato de sodio y fibras de cerámica que ayuden a tu cabeza a enfriarse.
Come un manojo de nueces antes de ir a dormir. Tu te vas a estar dando un aumento de fibra y de ácidos grasos esenciales junto con el amino ácido triptofán, un inducidor del sueño natural.

Baño de bicarbonato de sodio. Agrega 1/3 de taza de bicarbonato de sodio y 1/3 de taza de jengibre a un baño tibio agradable. Remoja en la tina por 15 minutos para aliviar la tensión y la ansiedad.

Cambia tu rutina habitual. En ocasiones, la variación de nuestros procedimientos diarios habituales nos estimula y nos refresca. Por ejemplo, el hacer las cosas diferentes en tu casa como dormir del otro lado de la cama o cambiar el orden de tu pieza y hacer las cosas como cocinar, la limpieza en otro orden el ir a tu trabajo o estudios por una ruta diferente. El almorzar en un lugar diferente. El hacer algo que no hayas hecho antes. Varía tu rutina y permanece fuera de la rutina habitual.