Clasificación: Negocios

Frecuentemente cuando las personas hablan los unos a otras, todo lo que ellos están haciendo es intercambiar información. Peor, ellos están a menudo haciéndolo de forma tan brusca como sea posible, sintiéndose presionados por el tiempo.

Pero el simplemente intercambiar información no va a impresionar contactos o hacerte ganar clientes. Necesitas hacer un esfuerzo consciente de conversar con aquellos con que te reúnes. Una conversación es más que un intercambio de información, tienes que mostrar un interés en la otra persona, dale a él o a ella tu completa atención y de hecho escucha sus respuestas.

Así que cuando te reúnas con un nuevo contacto o tengas la oportunidad de hablar con un cliente, empieza una conversación. La forma más segura de empezar una conversación es el preguntar a una persona lo que el o ella cree de algo (haciendo imposible el responder “sí”o “no”.)

O pregúntale a alguien lo que él hace. Entonces mientras la conversación se desarrolla puedes hacer una pregunta importante ocasional para descubrir que le interesa a él o ella.

El arte de la conversación yace en mantener la conversación fluyendo sin hablar mucho. Los más grandes conversadores son buenos oyentes, no habladores, ellos se ven interesados, ellos escuchan, ellos responden a la otra persona, respondiendo y consultando, pero ellos hablan un 50 por ciento del tiempo o menos.

Si practicas el arte de la conversación, tu conversación se va a enfocar en el cliente o contacto, no en ti. Las personas aman hablar acerca de sí mismos, si alguien los esta escuchando. Y las personas que sienten que ellas han sido escuchadas y tratadas bien son personas quienes tienen una probabilidad más alta de tomarse el tiempo para saber acerca de ti y de los productos y servicios que ofreces y se vuelven clientes frecuentes.