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El azúcar blanca es una sustancia dañina en el mercado de los alimentos. Con esto se hace referencia a la sucrosa, el azúcar blanca cristalina, refinada de caña o de jugo de remolacha a la que se le quitan todas sus vitaminas, minerales, proteínas, fibras, agua y otros componentes.

El elaborar azúcar blanca es un proceso químico industrial que no se encuentra en la naturaleza y no es adecuado para el consumo humano.

Otras azucares como la fructosa (en la fruta y la miel) la lactosa (en la leche) y la maltosa (en los cereales) son sustancias naturales con valor nutricional.

El azúcar natural es granulosa, café una variedad pegajosa hecha simplemente al hervir completamente el jugo de caña y este es también un alimento entero, pero es muy difícil de encontrar en supermercados y almacenes en general.

La llamada azúcar morena (rubia) que se vende en los supermercados es nada más que la azúcar blanca refinada con algunas melazas agregadas para darle color y sabor. No es un alimento saludable.

El azúcar blanca suprime el sistema inmune al causar que el páncreas secrete grandes cantidades anormales de insulina, la cual es requerida que se descomponga.

La insulina permanece en circulación en el sistema sanguíneo harto tiempo después de que el azúcar ha sido metabolizada y uno de sus efectos secundarios principales es el impedir el crecimiento de la hormona en la glándula pituitaria.

La hormona de crecimiento es un regulador primario del sistema inmune, así que quien quiera que coma mucha azúcar todos los días va a experimentar deficiencia de crecimientos hormonal crítico y una consecuente deficiencia inmune causada por la presencia constante de insulina en la corriente sanguínea.

Además el azúcar blanca refinada es tratada como un agente tóxico extraño por el sistema inmune, debido a su estructura química no natural así como también los contaminantes industriales que retiene del proceso de refinamiento.

El azúcar así gatilla una respuesta innecesaria del sistema inmune mientras en forma simultánea esta suprimiendo la función inmune, por medio de eso debilitando el sistema inmune con una espada de doble filo.