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Lo siguiente se aplica a las empresas de todos los formatos y tamaños: el éxito depende de la gente que se contrata. Es así de simple. Se trata de una decisión de grandes repercusiones para su empresa.
¿Qué define quién es usted?
Antes de decidir a quién quiere como empleado, debe saber quién es usted. ¿Cuáles son sus valores? ¿Qué rasgos no son imprescindibles y cuáles son innegociables? Por ejemplo, quizás no tenga problemas con los jeans, las remeras y las zapatillas, pero no desee hacer concesiones en cuanto a los buenos modales y la puntualidad. Esto varía según la organización.
La cuestión es que los valores y principios importantes para usted son el ADN de su empresa. Definen quién es usted. El pensamiento independiente y la diversidad son positivos en muchas áreas, pero, cuando se trata de los valores principales, es fundamental que todos los empleados estén de acuerdo. Y, una vez que tenga claro cómo es exactamente su ADN, será mucho más fácil hallar la persona ideal para su equipo.