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Fortalece el corazón: Comer chocolate regularmente (especialmente chocolate amargo) disminuye el colesterol “malo”, la presión arterial y el riesgo de contraer enfermedades del corazón.
Te llena: Al ser rico en fibras, el chocolate colabora con la sensación de saciedad incluso más que la leche, dicen los estudiosos de la Universidad de Copenhague. Además, comer chocolate reduce los antojos de otros alimentos.
Protege la piel: El chocolate posee flavonoides, antioxidantes que protegen la piel contra los rayos UV (de todos modos, eso no significa que se puede reemplazar el protector solar por una barra de chocolate).
Levanta el ánimo: Complacer un antojo de tanto en tanto se siente muy bien. Y si es de chocolate, las personas suelen sentirse menos estresadas.
Te hace más inteligente: Según un estudio británico, este aumento del flujo sanguíneo hacia el cerebro nos hace sentir más despiertos y alertas, por lo cual se facilitan las tareas matemáticas.