La ciencia ha probado que el amamantar a los bebés tiene un comienzo más saludable en la vida. La leche humana contiene un equilibrio de nutrientes que de cerca combina con los requerimientos de los infantes para el desarrollo del cerebro, el crecimiento y un sistema inmune saludable. La leche humana también contiene agentes inmunológicos y otros compuestos que actúan en contra de los virus, las bacterias y los parásitos. Ya que el sistema inmune de un bebé no esta completamente desarrollado hasta la edad de los 2, la leche humana suministra una ventaja distintiva por encima de la formula.

Debido a que la leche maternal suministra protección en contra de los gérmenes que un bebé o la madre puede transportar, estudios en la alimentación de infantes encontraron tasas bajas de varias enfermedades infantiles crónicas, incluyendo las infecciones respiratorias y las infecciones al oído así como síntomas tales como la diarrea, entre los niños que eran amamantados.

Pero los niños no son los únicos que se benefician del amamantamiento. Las madres también ellas son los recipientes de muchos efectos positivos hormonales y físicos. El amamantar libera una hormona en el cuerpo de la mujer que causa que su útero regrese a su tamaño y forma normal mas rápidamente y reduzca la perdida de sangre después del parto. Además de acuerdo a algunos estudios estos han mostrado que el alimentar por periodos más largos de tiempo (hasta 2 años) y entre las madres jóvenes pueden reducir el riesgo de cáncer de mama pre y post menopausica. También el riesgo del cáncer de ovario puede bajar entre las mujeres que han alimentado a sus hijos.

Las investigaciones también sugieren que el amamantar a los niños hace que ganen menos peso y tiendan a ser mas delgados a un año de edad que los niños alimentados con formula. Esta temprana indicación puede influenciar modelos de crecimientos mas tarde, resultando en menos sobrepeso y en niños obesos.

Es mejor el evitar fumar y beber mientras tú estas embarazada. Ambos el alcohol y el tabaco Cruzan la placenta y pueden tener un efecto dañino en el bebé.

Evita el estar de pie o sentado en una misma posición por periodos largos de tiempo. Evita el sentarte en una posición que pueda restringir el flujo sanguíneo (como el sentarte con las piernas cruzadas por largos periodos de tiempo.)
Ejercita. El ejercicio regular, como una caminata diaria puede ayudar a evitar los calambres en las piernas (siempre asegúrate de consultar con tu médico si los ejercicios son seguros para ti y de cuanto tiempo puedes mantener tu programa de ejercicio) Si puedes ponerte de pie, caminar por unos minutos cuando tienes un calambre a las piernas puede ayudar a aliviar el dolor y a relajar los músculos.
Bebe mucha agua. Evita él deshidratarte. Cerciórate de beber mucha agua durante el día.
Masajea tus piernas y aplica calor. Cuando tengas un calambre a las piernas, relaja los músculos a través de masajes suaves o calienta los músculos con una toalla abrigada o un bolsa de agua caliente (guatero). Un baño abrigado antes de ir a dormir puede también ayudar a relajar tus músculos y a prevenir los calambres a las piernas.

Los calambres a las piernas habitualmente desaparecen por si mismos sin tratamiento médico. Pero ellos pueden ser un signo de un problema más serio. Habla con tu médico de inmediato sí:

El dolor es frecuente y severo.
Tu observas algo rojo, abrigado, hinchado o sensible en tu pierna.

Las varicocidades (y las hemorroides que son venas varicosas del área rectal) ocurren cuando las venas se hinchan y sus válvulas no operan en forma eficiente. Entonces la sangre se acumula en las venas creando una apariencia retorcida y agrandada. Las venas varicosas aparecen, a menudo durante el segundo trimestre de embarazo. Una vez que se agrandan, no siempre vuelven a su tamaño normal después del parto. La clave esta en tomar medidas preventivas para evitarlas.
Su causa es que la tendencia a tener venas varicosas es hereditaria. Los principales factores que hacen susceptibles a las mujeres encinta son: El incremento de volumen sanguíneo y el útero agrandado que presiona las venas de la zona pélvica y rectal.

Recomendaciones para evitarlas o controlarlas
Haga ejercicios para mejorar su circulación sanguínea.
Póngase de pie y camine un poco dos o tres veces por hora sí esta sentada la mayor parte del día. Tome asiento varias veces por hora si debe estar parada.
Ponga los pies en alto cuando esté sentada.
Mantenga su peso dentro de los límites recomendados.
Use medias de soporte o si las várices son graves, medias elásticas. Póngaselas antes de salir de la cama por la mañana.
No corte la circulación sentándose con las piernas cruzadas o usando ropas ajustadas.
Si tiene hemorroides: ingiera comidas ricas en fibras para prevenir la constipación.