Amigos míos:
Todos y cada uno de nosotros, alguna vez nos hemos preguntado si realmente existe la vida eterna o la resurrección de los muertos, bueno si eres creyente supongo que asistes a la iglesia y que alguna vez oíste hablar sobre este tema y quizás te has preguntado como será después de la muerte.

Como le dijo Jesús a los Saduceos: “En la resurrección todos seremos como los ángeles”, y lo que va a resucitar o “renacer” no será nuestro cuerpo si no nuestro “espíritu”, y no algo de nosotros si no todo lo que somos espiritualmente, esto quiere decir que si estamos alejados de Dios no resucitara nada de nosotros, puesto que alejados de El no somos nada, poco a poco nos vamos muriendo, como dijo Jesús “los que están lejos de mi son como ramas que se han separado del árbol y como tales se secan y mueren y son echados al fuego para que ardan”.

Bueno amigos no soy religioso ni nada por el estilo solo soy alguien que quiere que sepas bien si habrá o no resurrección para vos.

Dijo Jesús: “El que cree en mi no es condenado mas el que no cree en mi ya ha sido condenado porque no creyó en el Unigénito del Padre”, recuerda siempre todos somos pecadores y necesitamos del perdón de Dios, acercarte a un lugar donde puedas oír de Él o búscalo en la Biblia te prometo que no perderás nada.

El amor duele cuando amamos somos capaces de dar la vida pero hay momentos que flaqueamos tenemos que tener fe y si hay fe todo sale muy bien, yo perdí una vez la fe y luego la recuperé y todo me salió super bien y si se dice: Si Dios esta conmigo quien puede estar contra mi, si la fe mueve montañas que no puede mover Dios por nosotros si tenemos fe.

Ten paz.
Que nada te inquiete.
Acéptate.
Asume en paz tu vida.
Reconócete en tu entorno.
Vive en la paz de tu pobreza. Dios te ama en ella.
Cristo se encarnó en ella.
El reconocimiento de tu miseria te hará humilde.
La humildad te llevará de la mano a la oración.
No busques "tu humildad". Dios quiere tu nada.

Deja que Él te libere. No te ates a tu pequeñez.
La pobreza, tus pobrezas, te han de hacer libre.
Con libertad de espíritu abrirás tu vida a la oración.
Él rezará en tí. Él, Jesús, es tu mejor oración. En Él, presente en tu miseria, hallas la misericordia y el perdón del Padre.
Preséntate indefenso ante Dios. No temas. No tengas miedo.
Calla. Escucha.
Si lo necesitas, llora. Ten paz.
Y más que hacer, déjate transformar por Él.
Por eso, no te examines. No programes.
No vivas con criterios puramente humanos.
Eres pobre, pero eres de Dios. Dios te ama.
Él está en ti. Tú en Él.
Busca tan sólo amar.
Acoge el amor de Dios en el silencio.
Ésta es la mejor oración.

Quiero ser buen amigo, Jesús,
enséñame a buscar
el bien de mis amigos
antes que el mío propio,
enséñame a compartir
y buscar siempre lo mejor para todos.
Que no me pelee
ni me enoje con mis amigos.
Que acepte con humildad
sus consejos y sus palabras.
Que siempre tenga una sonrisa
y las manos abiertas.
Que sepa perdonar
y pedir perdón.
Ayúdame a ser buena compañia
y a llevar esperanza.
Quiero ser tan buen amigo
como tú lo eres conmigo
Amen.
(Marcelo Morua)