Constructor #2227
Podría escribir muchas cosas
A cuál más maravillosas:
ir a pasear en un cisne
o en alas de golondrina;
pero tengo una misión
que espolea mi destino,
que me impulsa a construir
y, a la vez, ser peregrino.
Mi oficio es ser constructor
y vagar por los caminos,
por la enmarañada cuesta
o por los valles profundos;
para encender una hoguera
donde la chispa no arde,
para mantener el fuego
donde la mecha se apaga.
Para dar a muchos pan,
que hambrientos van sin saberlo;
como sostén de su vida
les llevo limpios anhelos.
Voy por los lagos tranquilos
que así retratan el cielo,
y sueño con mundos nuevos
que reflejen la belleza,
y la verdad, y la altura.
Amo la limpia frescura
y la libertad del viento,
la riqueza exuberante
de la gran naturaleza
con que el Dador de la Vida,
recreándola cada día,
a Sí mismo se comparte.
Sueño para el mundo: Paz,
amor de hermano a hermano,
con la sencillez de niño,
sin ver color, raza o credo...
No dejaré de soñar
ni de pregonar mis sueños;
se construye en realidad
lo que se espera con fe
y se ama de verdad,
con ahínco y con anhelo.
Sí, quiero ser constructor,
constructor de sueños nuevos:
Una vez te soñé, hijo,
y hoy te miro frente a frente,
sé que corre por tus venas
mi sangre en tu misma sangre;
y para tí he de vivir
construyendo sin descanso,
pues lo que te he de dejar
es herencia de hombres sabios:
No es el oro ni la plata,
es la limpieza del alma,
es el amar la Verdad,
y la firmeza en la lucha;
es valorar el amor,
compartirlo porque es nuestro.
Es buscar nuevos caminos
y no volver hacia atrás,
construirlos paso a paso
y tu Ideal, vivirlo ya.
Es llamar a Dios tu Padre,
con tu espíritu triunfar,
levar anclas, izar velas,
¡Vivir sin morir jamás!...
Pobre de avaricia soy,
ricos de Amor mis graneros,
mi oficio es ser constructor,
constructor de nuevos sueños.
Rosa María Muñoz Rodríguez.
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