Es preferible elegir un día nublado, fresco y, si es posible, lluvioso.
Previamente a la extracción de las plantas, es aconsejable regar copiosamente los almácigos o macetas.
El terreno que recibirá la planta debe ser cuidadosamente preparado; remueva la tierra y abónela.
Luego de la operación es indispensable regar en abundancia.
Para sacar las plantas de los almácigos se recomienda utilizar cucharines especiales procurando no lastimar las raíces; el trasplante con pan de tierra es el que asegura mejores resultados.
Una vez extraídas, las plantitas deben ser re-plantadas de inmediato.
Luego del transplante es indispensable quitar las hojitas inferiores para evitar que una excesiva transpiración marchite a la planta.

Para saber si sus plantas no están recibiendo la luz necesaria, observe bien sus hojas; ellas le darán el alerta: si decrecen en tamaño, van perdiendo el color y las inferiores se ponen amarillas, preste atención. También es perjudicial el exceso de luz; los síntomas son: hojas descoloridas y manchas por quemaduras, de color gris o marrón.

Cuando planto flores no me gusta usar guantes, así que tomo una barra de jabón y restriego mis uñas sobre el jabón de esa forma mis uñas no se manchan y puedo trabajar el suelo alrededor de raíces tiernas de plantas.

Si has abierto una botella de vino y te ha sobrado un poco y con el tiempo se ha picado, no lo tires. Un vasito cada cinco litros de agua es un buen fertilizante para tus plantas.