Aprende a distinguir entre los varios tipos de problemas que estas estudiando. Esta es la parte más difícil.

La mayoría de los textos tienen capitulos de exámenes al final de cada capitulo. Prueba un problema para cada sección. Haz una nota de sus diferencias. Escribe el primer paso para cada problema, este habitualmente el más difícil de recordar.

Vuelve a la sección en el texto donde tu estas teniendo dificultades.
Sigue los ejemplos asegurándote que entiendes cada paso.

El leer un libro de matemática no es como leer una novela. Puede tomarte 20 minutos el pasar del ejemplo de un problema.

No dejes el prepararte para un examen para el ultimo minuto. Cerciórate de que dejes tiempo para hacer preguntas en clase, después de haber estudiado.

Haz tantos problemas como puedas hasta que te sientas cómodo con el material.

En la clase un día o antes del examen, pregúntale al profesor que por favor señales cualesquiera similitudes o diferencias entre los varios tipos de problemas que encontrarás en el examen.

Si es posible, forma un pequeño grupo de estudio de tu clase y reúnete con ellos periódicamente durante el semestre.

La matemática es una materia acumulativa. Tu realmente necesitas entender el material de hoy para comprender el material del día siguiente. Haz preguntas inmediatamente en clase tan pronto como no entiendas alguna cosa. No solo lo dejes pasar.

Aparta un lugar para estudiar que puedas usar para estudiar por ejemplo: las bibliotecas de los campus, las salas de clase vacías, las áreas tranquilas en el lugar de estudio, el dormitorio en la casa, etc.

Crea un lugar específico para estudiar, tu estas tratando de construir una hábitat de estudio cuando estas en ese lugar. Así que no uses tu espacio de estudio para conversaciones sociales, juegos de video o soñar despierto, etc.

Cerciórate que tenga buena iluminación, ventilación, una silla cómoda, pero no demasiado cómoda, un escritorio grande.

Además, cerciórate que tu área de estudio no tenga:
Una vista que te distraiga de otras actividades en las que quieres estar involucrado, un teléfono, si tienes un teléfono celular apágalo, un equipo de música con volumen alto, un televisor, un compañero de habitación o amigo que quiere hablar mucho y un refrigerador lleno de ricas golosinas.

Divide tu trabajo en pequeñas metas de corto alcance. No te pongas un objetivo tan vago y grande como: “Voy a pasar todo el sábado estudiando" con eso solamente lograrás ponerte en una situación de fracaso y desaliento.

Usa un cuaderno o libreta con un horario de estudio que tu has fijado para estudiar y establece una meta alcanzable de estudio (por ejemplo: termina de leer 3 secciones de un capítulo de siete secciones de un texto de historia o completa un problema de matemática o escribe el bosquejo de la introducción para tu ensayo de literatura, etc.

Establece tu meta cuando te sientes a estudiar, pero antes de empezar a trabajar.

Una vez que tu hayas discutido los puntos claves y determinado las preguntas posibles del examen, toma el libro y empieza a hacerle preguntas a tu hijo sobre el material. Permítele a él que responda. Si la respuesta esta equivocada, inmediatamente entrega la respuesta correcta. No permitas que la respuesta equivocada este en su mente demasiado tiempo, ya que esto podría causar confusión después. Recita la respuesta correcta. Vuelve a esa pregunta más tarde de manera de que el suceso correcto o la materia correcta pueda de nuevo ser reiterada. La respuesta que él o ella escuche más es la que será recordada.

Café , té verde y chocolate
El café en la dosis adecuada no solo nos mantiene despiertos si no también se perfila en la dosis adecuada como un alimento neuroprotector que potencia la memoria a largo plazo .
El chocolate negro a través del flavonol epicatequina mejora también la memoria incrementando el flujo sanguíneo al cerebro , pero se dice que pierde sus propiedades al combinarlo con leche.
El té verde además de ayudarnos a recordar mejor , tiene efectos cognitivos saludables y actúa como ansiolítico.