No temas perder, debes tener una filosofía ofensiva al dedicarte a esto y constantemente usar un ataque propio.

Haz que tu oponente luche tu estilo. Fuerza la pelea y mantenlo fuera de balance a través de atacar primero y en forma continua.

Si tienes alcance, velocidad o balance sobre un hombre, usa estos para tu ventaja, mézclalos en tu ataque, las probabilidades te favorecen.

Si tú eres más fuerte, sobrepasa a tu oponente. Si tu eres más débil, no pelees su fuerza pero en vez de esto concéntrate en la técnica perfecta. La técnica le va ganar a la fuerza casi todas las veces.

Si tú estas en mejor forma, establece un ritmo que el no soporte, pero no hagas todo. Haz que el levante tu peso cada vez que sea posible.

Mantente relajado y permanece en pose y con confianza. Nunca permitas llamadas del árbitro o acciones de tu oponente o de admiradores cansados de tu actitud de lucha o técnica. Nunca hagas que el árbitro se enloquezca contigo.

Nunca dejes de luchar hasta que suena el pito. Esto incluye el no ceder a una movida defensiva hasta que el árbitro anuncie los puntos. Recuerda el crear un ahogo es mejor que luego ceder un punto.

No hagas nada en un partido que tu no hayas trabajado duro para perfeccionarlo en la práctica.

Nunca le hagas saber a tu oponente que estas cansado.

Debes ser un luchador en cadena siempre realizando un segundo movimiento si el primero no funciona.