La mejor forma de enseñarle a tus hijos la amabilidad no es explicándola: es haciendo. Si haces trabajo de ayuda social como voluntario, ayudando en su casa a un adulto mayor o niños en riesgo social solo trata a los otros con dignidad y respeto, los niños se dan cuenta de estoy quieren copiarlo. Pero hay una advertencia: tus acciones deberían combinar con tus palabras (eso significa el no ser amable con alguien en persona y después hablar de él / ella a sus espaldas) y tu deberías mostrar respeto por los otros no importa cual sea su situación financiera, religión o incluso su personalidad y si una persona no es una gran persona y a ti no te agrada por una buena razón tu aun puedes ser civilizado.

Facilítale a tu hijo/a la rutina ir al colegio. Haz que tu hijo/a se vaya a dormir a una buena hora unas noches antes del primer día de clases. Coloca un reloj con alarma para despertarlo a la hora que tiene que hacerlo cuando va al colegio.

Alístate la noche anterior. Establece una rutina que requiera que tu hijo/a escoja la ropa que se va a poner o el uniforme para el día siguiente de clases y el empacar la mochila cada noche antes de ir a dormir. Esto va ayudar a eliminar cualquier apuro de último minuto en la mañana.

La formación que obtenemos de niños, es el destino que tenemos de adultos.

Para los hijos más histriónicos es buenos plantearles que se junten con primos o amigos e inventen una obra de teatro. Durante una semana pueden ensayarla, realizar la escenografía y hacer las entradas, incluso pueden cobrar un valor por la entrada, para comprar los materiales para la escenografía o para las vestimentas. Es una actividad muy completa ya que estamos incentivando la participación del niño en un grupo social donde puede dar su opinión e imponer sus ideas. Los incentivamos a perder la vergüenza de actuar delante de un público a trabajar su memoría y creatividad.